Huellas del Tiétar es un proyecto familiar que nace con el objetivo de frenar el arranque de cepas casi centenarias debido a la falta de relevo generacional y la imposibilidad de sus viñadores de “vivir de las uvas”.
Era una verdadera pena ver cómo se estaba arrancando el fruto de varias generaciones de duro trabajo, mucho cariño e infinita ilusión. Así que emprendimos este maravilloso y arriesgado viaje que nos transporta a un pequeño pueblo llamado Lanzahíta, situado en el corazón del Valle del Tiétar, al sur de la provincia de Ávila y abrigado al norte por la Sierra de Gredos.