Un proyecto que comenzó con la ilusión y el esfuerzo de un grupo de inquietos viticultores que decidieron poner en valor sus tierras, sus viñas y su vino. Hoy en día este sueño se ha convertido en la bodega referente de la D.O. Calatayud y del universo de la Garnacha.
Una tierra que llevamos en el corazón, que cuidamos, que cuidaron nuestros padres, nuestros abuelos y los padres de éstos. De hojas mecidas por la brisa y el viento, de troncos retorcidos, de cepas centenarias. Árida, rocosa y sedienta de esfuerzo. De gran diversidad de suelos, blancos calizos en el llano, rojizos de arcilla en las sierras, o de pizarra en las laderas.