Javier San Pedro Rández, descendiente de viticultores, decide en 1990 crear Bodegas Vallobera junto a Ana Ortega, siendo el primero de la familia San Pedro en embotellar sus vinos. Se trata de una bodega familiar cuyo principal objetivo es alcanzar la calidad en sus vinos.
La Bodega comenzó comercializando vinos jóvenes, de elaboración clásica de Rioja Alavesa, pero es en 1992 cuando se decide a dar un impulso a sus vinos y se empiezan a envejecer los vinos.
La primera partida fue de 100 barricas, en su interior se gestó el primer Vallobera crianza de esa misma añada: 1992.